“Recuerda esto.
Si la gente vieja no escucha a la gente joven,
Se vuelve lenta entre la gente vieja.
Cuando la gente joven no escucha a la gente vieja,
Se vuelve lenta entre la gente joven.
Si la gente joven escucha a la gente vieja se mueve más rápido entre la gente joven,
porque tienen conocimiento avanzado.
Y cuando la gente vieja escucha a la gente joven se vuelve más rápida en el viejo mundo,
porque tienen nuevo conocimiento.
Entonces cuando nos escuchamos el uno al otro todos crecemos.
Y eso es a lo que le llamo cultura."
Krs One “The Teacher”.
En un artículo anterior hablamos sobre el rap chileno, su gran potencial politizador y por lo tanto educativo. En esta ocasión seguiremos esa línea argumentativa, solo que asociándola al plano de los principios de la cultura Hip Hop, a la dimensión concreta del quehacer educativo y al trabajo social de quienes educan desde el rap en Uruguay.
Pedagogía Hip Hop y pedagogía crítica
El Rap y la cultura Hip Hop son un producto directo de la vida en los márgenes a la cual se ven empujadas millones de personas en el sistema capitalista. Las historias de los raperos son historias de represión, violencia, soledad, pero también de resistencia, lucha y cultura.
Las primeras fiestas de Hip Hop, como la convocada por Cindy Campbell, su hermano Dj Kool Herc, y otros, fueron intentos de terminar con la guerra callejera entre bandas a partir del encuentro entre expresiones artísticas y la diversión. Y esto existió. Durante los 80, el movimiento creció, se produjeron numerosos encuentros y algunas bandas llegaron a acuerdos de paz entre ellas. Por más que la pobreza, el crack y la represión debilitaron esto en los 90, es importante recordar estos orígenes para reflexionar sobre los temas que abordaremos.
Un personaje que tendrá un lugar muy importante en mi planteo será Krs One, uno de los pioneros del rap y de la cultura Hip Hop, cuya historia es muy ilustrativa sobre el trasfondo social del rap y su sentido político. Conocido como “The Teacher”, es por lejos la figura que más podemos asociar a la educación. Su historia también pertenece a los márgenes, criado en el Bronx en una familia altamente disfuncional y violenta, tuvo que abandonar su casa y vivir en hogares desde su adolescencia temprana. Su vida fue en las calles, y podría haber hecho el mismo recorrido que muchos jóvenes de su barrio, si no fuese por Scott Monroe Sterling, un joven trabajador social asignado a su hogar. Conocedor de la incipiente movida rapera, Scott la compartió con KRS y para éste fue una revelación que le cambió la vida. No pasó mucho tiempo para que empezara a grafitear y rapear, y ambos terminaron formando juntos el grupo Boogie Down Productions (BDP), junto con otros raperos que circularon por allí, manteniéndose ellos dos como los miembros permanentes del grupo.
Los temas de KRS y DJ Scott La Rock (nombre artístico de Scott) tenían ya un atisbo del rap conciencia que luego caracterizaría a The Teacher, sin embargo lo que provocó el giro definitivo hacia este estilo fue un hecho trágico. En 1987 BDP estaba integrado por otro joven, un menor de edad llamado D-Nice. Este le pidió ayuda a Scott puesto que estaba siendo amenazado por una banda peligrosa, por estar hablando con la ex novia de uno de sus integrantes. Scott era conocido por su actitud negociadora y no violenta e intentó junto a otros desescalar la situación. Fueron al barrio de la banda, lograron irse con D-Nice, pero cuando se estaban retirando comenzaron a dispararles, y una de esas balas le dió a Scott, matándolo a las pocas horas. Esto cambió para siempre a KRS, que se convenció de la necesidad de un enfoque no violento y de usar al rap para educar y cambiar las perspectivas de la juventud.
A partir de este momento, comenzó a sacar temas con fuerte contenido social, y fundó el movimiento Edutainment. Este movimiento educativo buscaba llevar eventos, toques y talleres de rap a los barrios; educar y entretener a los jóvenes con el rap desde una perspectiva consciente. Hay que entender que para KRS y otros, el “knowledge”, es decir el conocimiento, es uno de los elementos de la cultura Hip Hop, tanto como el rap, el grafitti, el break o el dj. El movimiento arrastró a muchas personas que se sumaron a fortalecer la iniciativa y fue el punto de partida de muchos MC’s. KRS se volvió con el paso de los años en uno de los máximos referentes no solo del rap sino de toda la cultura y su esencia, siendo además uno de los redactores de la famosa Declaración de paz del Hip Hop y bajo su autoría total el libro El Evangelio del Hip Hop, un manifiesto sobre la cultura, su historia, principios y perspectivas políticas. KRS es además un líder barrial del Bronx, donde se lo ha visto en movilizaciones como orador, llamando a superar el seguidismo a demócratas o republicanos y a cultivar el poder popular.
El Evangelio del Hip Hop tiene un capítulo llamado El Educador. Aquí se esbozan distintas sentencias o versículos sobre una pedagogía del hip hop, bajo un estilo a veces muy directo y a veces muy metafórico, casi bordeando lo esotérico. Creo que muchos de los principios que plantea son coincidentes con aquellos de la pedagogía crítica:
“10- El objetivo de cualquier educador Hip Hop es hacer el estilo de vida Hip Hop algo real y productivo para el aprendiz. Tal aprendizaje tiene poco que ver con el propio deseo de ser un mc dj o b boy. El propósito de todo verdadero aprendizaje del hip hop es transmitir a los aprendices los ingredientes esenciales de la cultura en evolución del Hip Hop.”
“20- En esta lección en particular, nosotros nunca debemos olvidar que en nuestra búsqueda para establecer el hip hop como una comunidad autónoma, comunidad autogobernada de paz y prosperidad habrán algunas personas que consciente o inconscientemente buscarán nuestra muerte. Estate preparado.”
“39- Por supuesto, nadie quiere ser estereotipado, pero es verdad de que con todo lo que hacemos y decimos, somos de hecho, enseñanza e influencia en otros. Las preguntas son, ¿Que estás realmente educando? ¿Qué exactamente estás instruyendo a la gente que haga?”
"98- El propósito del educador es educar y aliviar el sufrimiento humano a través del conocimiento, por eso tiene tal capacidad. ¡El educador está ordenado a educar! Por lo tanto, la paz y la prosperidad del educador se verán directamente conectadas a su fin. Si no estás educando, no estás comiendo."
“100- Como educadores, ayudamos a mover a los hip hoperos hacia su madurez como una comunidad organizada."
A través de estos principios pueden verse claramente algunas de las raíces pedagógicas y políticas de la cultura hip hop.
El trabajo de KRS y de tantos otros tuvo su efecto. El Edutainment se extendió ya a inicios de los 2000. Algunos profesores desarrollaron el concepto de Hip Hop based education, formando una línea de investigación-acción con numerosos trabajos hasta el día de hoy. En algunas universidades incluso existe la licenciatura en hip hop. A diferencia de los 80-90, el rap se ha vuelto uno de los lenguajes más populares entre la juventud de todo el planeta. Se ha colado en otros géneros, en el pop, el rock, el reggaeton, el trap y más. Con el desarrollo tecnológico y de las redes sociales, las herramientas de producción y de difusión se han popularizado, y quien quiera que esté interesado puede encontrar rap underground de cualquier continente del mundo buscando un rato en youtube. Quien lo haga seguramente se encuentre con escenas muy parecidas, jóvenes expresando sus vivencias, retratando sus contextos sociales, y jugando con el idioma. Todo esto convierte al rap en una herramienta muy potente para la educación en la actualidad.
Sin embargo, es importante no detenerse ahí. Teniendo en cuenta su origen y su presente marginal, es importante que la pedagogía hip hop sea pedagogía crítica, que se coloque en el campo de la educación popular y que apueste a una praxis revolucionaria. En un mundo cada vez más violento, con una juventud arrastrada de forma cada vez más masiva por la exclusión, el desempleo, la criminalidad, la guerra, esta perspectiva es imprescindible. El rap y el hip hop no pueden ser solo una compañía para divertirnos mientras el mundo colapsa, sino que debe ser una herramienta para la construcción de un nuevo mundo.
La propia cultura hip hop es un ejemplo de comunidad en tiempos de individualismo extremo. Es importante que reivindiquemos este carácter y militemos su expansión por la sociedad. En muchos de nosotros la cultura ha sido de cierta forma nuestro tesoro identitario, sobre todo quienes nos integramos a ella tempranamente, en tiempos donde, al menos en Uruguay, casi nadie la conocía, y fue un refugio ante la soledad a la vez que nos sentíamos parte de un grupo selecto. Por más respeto que tengamos por esas raíces inolvidables, no podemos aferrarnos a ellas de forma conservadora. Hoy más que nunca debemos trabajar por los otros.
Esta es una tarea que hoy día está siendo llevada adelante de forma silenciosa en los territorios por mucha gente. Este artículo, por ejemplo nace de mi propia experiencia dando talleres de Rap en INISA, y comprobar el entusiasmo con el que los jóvenes participan de esta iniciativa. Hay mucha más gente que está realizando un trabajo interesantísimo en este campo; desde Kung Fu Ombijam en cárceles y centros educativos, hasta los integrantes de Portadores del Hip Hop, Se Armó Kokoa, o la casa de la cultura afro. Estas iniciativas demuestran la posibilidad real de hacer este trabajo.
Mi experiencia en Inisa me convenció de la necesidad de que esta iniciativa sea llevada adelante con mucho más alcance. El cambio de aire que se dió en comparación con las clases normales fue evidente. pasaron a un ambiente de mayor libertad de expresión, donde surgieron rimas sobre la libertad, el compañerismo y el barrio. En la cárcel de Santiago Vazquez también trabajo con estudiantes privados de libertad que son raperos y que están tomando talleres de rap, y pude comprobar el impacto positivo que esto ha tenido en ellos.
La idea de buscar formas de darle más alcance y sistematicidad a estos esfuerzos tal vez pueda chocar con algunas concepciones. El planteo de Adriana Puiggrós en De Simón Rodríguez a Paulo Freire. Educación para la integración iberoamericana, plantea en un capítulo llamado El valor de las microexperiencias educativas y sociales, que muchas prácticas vanguardistas o innovadoras tienen justamente su valor en servir de ejemplo de diferencia, y que reclamar su expansión es quitarles este carácter. Señala además que detrás de estos planteos suelen haber objetivos políticos totalizadores que buscan someter el movimiento generado a sus intereses.
El propio KRS parece reconocer este problema al final de su capítulo sobre El Educador. Tras hacer referencias a las “historias de horror” que se escuchan sobre las condiciones de trabajo de los docentes, la sobreexplotación, la burocracia, el racismo, plantea lo siguiente:
“Un sistema educativo que niega la verdad y los hechos reales se une al colapso de todos modos. ¿Y por qué debería el Hip Hop ser parte de esto?. Desde un punto de vista político, ¿Por qué el Hip Hop se debería enseñar en las escuelas públicas? ¿Especialmente sus puntos de vista espirituales? ¿No estamos otra vez dando uno de NUESTROS recursos más valiosos a ciertos "sistemas" de educación que no comparten nuestros valores y continúan degradando e ignorando nuestra propia expresión?”
KRS plantea que no estaría mal que se dé a conocer el Hip Hop en la currícula, pero que la educación en los principios de la cultura Hip Hop tiene que seguir siendo tarea principal de la propia cultura.
El pedagogo marxista Michael Apple explica muy bien esta cuestión en su obra Política cultural y educación al explorar sobre el debate de las currículas nacionales y la formación en una cultura común:“Una cultura común no puede consistir nunca en la extensión a todos de lo que una minoría piensa y cree. Más que la estipulación de los hechos, conceptos, destrezas y valores que nos hacen "culturalmente alfabetizados" y en un plano fundamental, se requiere la creación de las condiciones necesarias para que todas las personas participen en la creación y recreación de significados y valores. (...)Por tanto, al hablar de una cultura común, no debemos referirnos a algo uniforme, algo a lo que todos tengamos que adaptarnos. En cambio, debemos pedir "precisamente, ese proceso libre, contributivo y común de participación en la creación de significados y valores". El bloqueo de ese proceso en nuestras instituciones debe preocuparnos a todos.”
Es decir, en una currícula realmente democrática la propia cultura Hip Hop como actor social podría participar de las discusiones sobre cómo enseñar Hip Hop en la escuela, superando así tal vez las reservas planteadas por KRS.
La organización de los educadores
Decíamos en la sección anterior que el trabajo educativo con el Rap ya se está llevando a cabo de forma silenciosa en varios espacios por múltiples colectivos e individuos, pero que sin embargo, quienes reciben estas iniciativas siguen siendo una minoría si lo comparamos con todos los que lo pueden estar necesitando.
Se plantea entonces un problema en el plano de la organización ¿cómo podemos lograr que más gente se anime a ser educadora? ¿Cómo podemos lograr que los talleres lleguen a lugares donde hoy no llegan? ¿Que las instituciones los conozcan para que puedan pedirlos?.
Creo que parte de este problema está integrado en el carácter mismo del hip hop como cultura y como movimiento social. Como dije en Teoría de la organización (II), no existe nada en lo social que no esté organizado, por lo tanto no alcanzaría sólo con decir que los integrantes de la cultura deberían organizarse, sino profundizar en cómo están organizados hoy y que se le puede agregar a su organización actual. Los hiphoperos se organizan de distintas formas, una de las formas básicas es juntarse con amigos a disfrutar, ya sea consumiendo o produciendo algunos de los elementos de la cultura. Por otro lado, la cultura siempre ha tenido el momento del encuentro, de la fiesta. Participar de estos momentos, ya sea como uno más o aportando desde algún elemento, es también estar organizado en la cultura hip hop. Otros vinculan al hip hop con el “afuera” de la forma que dijimos, educando, comunicando, divulgando. Existen también quienes militan sus instituciones, y quienes simpatizan o se influencian de la cultura. Sin duda la diversidad de expresiones no puede agotarse en este párrafo.
Quienes participamos de esta cultura debemos pensar en qué iniciativas podemos tomar para acentuar cada vez más el carácter de movimiento social de la misma. Favorecer el surgimiento de colectivos, profundizar los vínculos entre los colectivos existentes, empezar a armar movidas conjuntas, entre los raperos, los batalleros, los grafiteros, los breakers, los beatboxeros y djs, y asociarla a espacios barriales, a causas sociales que acentúen la idea de que la cultura hip hop se mueve por algo. Esto ha ido pasando, el fenómeno de las compes de freestyle es un gran ejemplo de organización, llevado adelante con gran creatividad, y en casos como la Dark Jail logrando una movida activa y con una identidad muy fuerte. Falta sin embargo que estos fenómenos emergentes tomen conexión con otros que también están sucediendo. De esta forma podríamos fortalecer el lado más militante de la cultura. Esta idea también existe y se llama Hip Hop activismo.
En este sentido es importante reivindicar no solo el costado comunitario del Hip Hop sino también el político. Hacer conocer el Rap de protesta, el grafitti, explicar los vínculos que ha tenido el Hip Hop con distintas luchas sociales, promover que la escritura exprese la realidad de los barrios, que la denuncie. Es necesario que los movimientos sociales se acerquen a los raperos y raperas y les inviten a tocar en marchas y actividades. Son muchos los raperos necesitando de ese altavoz, y son muchos los movimientos sociales necesitados de un lenguaje que los conecte con la juventud. Esto puede crear un circuito de consumo que rompa con la ausencia de público que muchos raperos underground sufren y que muchas veces los desmotiva a seguir en la cultura.
Desde esta idea de una cultura hip hop más militante, podríamos soñar con la creación de una institución de educación hip hop que por ejemplo llame a talleristas a formar brigadas de educación hip hop, que nuclee y potencie los esfuerzos ya existentes. Esto puede hacerse en el marco de algunos de los espacios ya existentes.
Pese al escepticismo que hablabamos anteriormente de KRS One en la masificación organizada, sobre todo en el plano escolar, el mismo no es inocente frente al problema de la organización y realiza un planteo con el que me parece pertinente cerrar el artículo:
“Actualmente el hip hop se enseña en todo Estados Unidos en una especie de forma "freestyle", con la mayoría de los educadores, básicamente, "haciendo lo suyo". Y para los que son maestros de corta duración u observadores del fenómeno del Hip Hop, limitan sus cursos a raperos y a letras de canciones de Rap, esto así puede quedar bien. Pero para aquellos que están seriamente buscando convertirse en educadores a largo plazo de la historia del Hip Hop, elementos, música, cultura, filosofía y política, la exactitud, la utilidad y la credibilidad son cruciales para el éxito de uno y la preservación exacta del legado Hip Hop.Para empezar una institución creíble de educación Hip Hop, es fundada por gente creíble y talentosa, que respetan y aman el hip hop y que han demostrado su dominio en las materias que ahora enseñan, y tienen una experiencia directa con lo que se está enseñando.”