El movimiento feminista, con sus ramificaciones y diversas formas de lucha, cobró un impulso inaudito en el siglo XX y, especialmente, en lo que va del XXI. Las nuevas formas de producir y distribuir información, del uso extendido de las redes sociales, y los formatos de entretenimiento popularizados en el presente propiciaron que esta y otras manifestaciones políticas se extiendan mucho más allá de lo que sus pioneras podrían haber imaginado.
La lucha por derechos no es novedosa, lo que cambian son los diversos factores implicados en quiénes defienden este movimiento hoy, teniendo como portavoz a personas de diversas identidades. Así como vemos una reescritura constante en lo que cada feminismo ha defendido, también podríamos afirmar la diversidad de posiciones que adquiere según el territorio y la cultura a la que se enfrente.
Pensando en ello, en este artículo exploro un país del extremo contrario en el globo terráqueo: la República de Corea, también conocida como Corea del Sur. Tras el gran reconocimiento que han adquirido los grupos de K-pop, la cultura surcoreana parece llegar a esta parte del mundo para quedarse. Los programas de entretenimiento y doramas¹ se pueden encontrar fácilmente en cualquier plataforma de streaming y esto ha generado que un gran número de personas conozca historias como Ojingeo Geim o El juego del Calamar (오징어 게임).
Es así que, tomando como punto de partida dos producciones audiovisuales surcoreanas, planteo una revisión del «ideal de mujer» cuestionado por los principios del feminismo considerado a nivel local como «radical». Esta idea es presentada como una contradicción entre tradición y modernidad, representada en diversos productos audiovisuales en la última década, ó, posiblemente, desde mucho antes.
Un repaso histórico
La historia contemporánea de Corea del Sur puede ayudarnos a explicar mejor la actualidad. Al explorar el siglo XX, vemos que la mayor parte de este país se encontraba bajo dominio colonial y regímenes autoritarios. En 1910, el territorio coreano fue invadido por el imperio japonés, a partir de la necesidad de Japón de incorporar mano de obra y materia prima para su industria militar, lo que derivó en una herida profunda que aún hoy persiste en el pueblo coreano. 35 años de colonización fueron acompañados de un proyecto modernizador —ferrocarril, puertos, telégrafo—, de la mano de innumerables violaciones a los derechos humanos sufridos a manos de los japoneses.² Cuando la ocupación finalizó en 1945, con la rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial, Corea se propuso construir un nuevo Estado con el desafío de enfrentarse a las secuelas que la guerra generó en los nuevos conflictos internacionales. Luego de la explosión de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, la Unión Soviética también intervino el territorio coreano. Con la excusa de frenar el avance del comunismo, Estados Unidos propuso dividir el territorio por el meridiano 38°. Es entonces que en 1948, tras la creación definitiva de la República Popular Democrática de Corea (조선 민주주의 인민 공화국) al norte y La República de Corea (대한민국) al sur, las potencias protagonistas de la Guerra Fría se retiraron, permaneciendo estos territorios bajo su influencia.
A continuación, Kim Il Sung, presidente de Corea del Norte, dirigió el plan para la reconquista del sur, ideando así la unificación de las dos Coreas. Tras repetidos intentos de obtener el apoyo de la Unión Soviética, Iósif Stalin prometió su ayuda si China, con el liderazgo de Mao Zedong, brindaba su apoyo. Con la ayuda de ambos países, el 25 de junio de 1950 el Norte comenzó la invasión al Sur.³ Así iniciaba una de las guerras más importantes para ambas coreas: la «guerra de Corea» (1950-1953). En pocas semanas el Norte ocupó casi todo el Sur, excepto la ciudad portuaria de Busan y sus alrededores. Este evento llevó a la intervención de varios países, convirtiéndo la guerra en un conflicto internacional. Tras tres años de enfrentamiento bélico se firmó, en junio de 1953 un armisticio, más no la paz. Hoy este enfrentamiento está activo: por más que los países no estén en guerra, la paz nunca ha sido firmada.
Al terminar el enfrentamiento, Corea del Sur continuó su derrotero bajo tres regímenes autoritarios que cubrieron la historia del país desde 1948 hasta 1988. Este es el «broche de oro» que marca una historia llena de convulsiones y disputas políticas. A finales del siglo, la democracia liberal tuvo un lugar en este país, desarrollándose sobre los cimientos de una historia violenta, signada por las costumbres tradicionales locales, que entre el total de la población posicionó a las mujeres surcoreanas en un estándar particular.
El feminismo en Corea del Sur
A partir de la década del sesenta, se impulsaron cambios importantes para las mujeres. El paso de una sociedad agraria a una industrializada, sumado a la influencia constante de la cultura occidental en el territorio, marcaron cambios significativos a nivel local. Esta combinación de componentes le otorgó a las mujeres acceso a la educación, mayor inserción en el mercado laboral y en la vida política. Esto sugiere que, aun permaneciendo bajo regímenes tan estrictos, las mujeres gozaron de mayor libertad.⁴ Pero, aunque los avances son relevantes no fueron hechos por un cambio ideológico que se pueda traducir en políticas sistemáticas en favor de las mujeres, sino por una necesidad económica de desarrollo por parte del Estado, por lo que la realidad social y cultural de las mujeres lejos estaba de superarse. En lo que respecta a la incorporación de las mujeres al ámbito público, se destacan dos etapas evolutivas: primero, la década del 70, en la que la representación política se reducía a un sector minoritario de la sociedad, y, segundo, a partir de 1980, ya con la creación de asociaciones de mujeres que pavimentaron el camino hasta 1987.
En ese año, Corea del Sur realizó su transición a la democracia con la «Declaración de Reforma Democrática del 29 de junio», siendo esta concretada por el electo presidente Roh Tae-woo. Esta transición posicionó definitivamente a las mujeres en la esfera pública, siendo entonces un momento importante para una sociedad que llevaba medio siglo en dictadura, y también un cambio importante para la posición de las mujeres surcoreanas.⁵ La década de 1990 fue inundada de luchas feministas que han dado sus frutos, con leyes como la «Ley de prevención de la violencia doméstica» de 1993 o la «Ley básica de desarrollo de la mujer» en 1995. Por supuesto, estos cambios no solo se manifiestan en el factor legal sino también en el entretenimiento, puesto que para finales de la década la industria del entretenimiento surcoreana se expandía por los mercados internacionales.
Es aquí cuando el Hallyu («Ola coreana») comenzó a desarrollarse. Los grupos de K-pop y K-dramas se veían por primera vez en las televisiones del mundo. Esta exposición abrió paso a nuevos paradigmas incorporando para sí elementos de occidente, e incluso produciendo para países hasta hacía un tiempo lejanos culturalmente. Así como la República de Corea imponía su cultura en otros países, esos países receptores enviaban parte de su cultura a la República. En el siglo XXI se abre una nueva etapa, puesto que los sitios de streaming comenzaron a presentar los K-dramas y películas coreanas, facilitando su consumo internacional.⁶
El 2014 fue un año decisivo. Fue la gota que derramó el vaso para que en 2015 apareciera un movimiento que, en diálogo con el ascenso de figuras criticadas por el feminismo como Donald Trump, con su triunfo electoral en 2016, se expandiera al resto del mundo. El movimiento «4B» nació en las ramificaciones radicales separatistas como respuesta al patriarcado y por la falta de reacción ante la violencia sistemática que sufren las mujeres surcoreanas. El movimiento está basado en cuatro puntos: Bihon (비혼) —no casarse—, Bichulsan (비출산) —no tener hijos—, Biyunae (비연애) —no tener relaciones románticas con hombres— y Bisekseu (비섹스) —no tener relaciones sexuales con hombres—.⁷
En la última década siguen manifestándose un sin fin de expresiones feministas en el país. Incluso sin formar parte del movimiento 4B, algunos grupos de mujeres se resisten a contraer matrimonio y la natalidad ha bajado de forma alarmante. El Estado ha impulsado campañas para que los hombres ayuden a las mujeres en las tareas domésticas, puesto que, algunas fiestas culturales se han perdido por la carga que implicaba para las mujeres, donde muchas han decidido no volver a realizar los preparativos para esas festividades. La despenalización del aborto es una ley nueva (2021) de la cual no se habla públicamente por razones culturales. La menstruación y las relaciones sexuales siguen siendo un tabú al punto de que existen marcas de condones que hacen parecer sus presentaciones como caramelos para que los jóvenes se protejan de enfermedades sexuales.⁸
Expresiones feministas han estado presentes en algunas partes del mundo desde hace siglos: actualmente encontramos libros de toda índole que discuten tanto el concepto como los ideales que este movimiento discute. La Historia del feminismo eses muy relevante para recordar que este no es igual en todos los territorios, así como la lucha del aborto fue distinta entre Uruguay y Argentina, Corea del Sur se maneja con sus tiempos y particularidades.
Para leer autoras surcoreanas la cuestión idiomática puede ser un obstáculo. Existen estudios realizados desde esta parte del mundo que pueden ser de interés para profundizar el análisis. En Mujeres, sociedad civil y proceso de democratización en Corea del Sur (2009) se explora la situación de las mujeres surcoreanas en el ámbito público a partir de 1980. Estas revisan los diversos movimientos y participaciones que se fueron presentando y abarcando el ámbito político, permitiendo ver el proceso llevado a cabo por parte de estas primeras oleadas feministas. En Cine, mujer(es) y narrativas de la identidad en Corea. Reporte de una investigación sobre ficción y ficcionalidad(es) desde el campo de las Ciencias Sociales (2010) se aborda la representación de la lo femenino en el cine afirmando que, aunque este se utilice como medio de expresión y representación ideológica, no puede abarcar la realidad completa y se presta a reinterpretaciones y cuestionamientos. Su autora afirma que, aunque las representaciones cinematográficas tienden a mostrar a una mujer moderna, en muchas ocasiones recaen en una visión tradicional, situándose nuevamente en los ámbitos familiares y privados, lo cual vuelve a prestarse para problematizaciones. En El rol del Hallyu como cultura pop en la creación y la difusión de la imagen de la mujer coreana contemporánea (2015) se analiza el impacto que la ola coreana ha generado en el occidente junto a las representaciones del ideal de mujeres surcoreanas que no pueden ser consideradas una realidad en dicha sociedad. También se analiza la construcción de la imagen de la mujer coreana actual para comprender en qué contexto se conforma aquella representación que encontramos en el cine. En Corea ante un nuevo cambio de época: Aproximaciones desde el Sur Global (2022), de la mano de diferentes autores encontramos capítulos que abordan a las mujeres en Corea del Sur desde el arte, la historia, la cultura y la política de un país cambiante, poniéndolo en relación con Argentina. En el capítulo «La identidad femenina tradicional y moderna en Corea», se recorre la situación de las mujeres coreanas a partir de dos religiones y/o filosofías centrales: el chamanismo y el confucianismo.
La representación en los programas de entretenimiento
El reality
Sollojiok (솔로지옥) o Single’s Inferno es un reality show que se estrenó en 2021 por la plataforma Netflix, contando con un total de cuatro temporadas. Nos centraremos en la primera, que de forma exitosa catapultó los programas de citas coreanos y los llevó a una superproducción consumida de forma masiva. Los participantes del programa se volvieron celebrities, en especial las mujeres, contando con grupos de fans y atención en redes sociales, teniendo así cierto nivel de influencia cultural.
Quiero remarcar que hago referencia a personas reales. Estas no se dedicaban a la actuación y asistieron al programa en búsqueda de pareja. No es mi intención juzgar de ninguna forma las acciones o dichos que estos pudieron haber realizado durante el programa, cada persona es libre de hablar y vivir como lo considere adecuado. Pero es necesario que el consumo de estos programas dialoguen con categorías de análisis para dar cuenta de lo que representan en la cultura. Dicho esto, Single’s Inferno tiene como tema central la búsqueda de pareja. Los solteros se ven atrapados por nueve días en una isla desierta sin poder realizar preguntas personales que les permita conocer la edad, lugar de residencia o trabajo del interlocutor, y en una situación que se presenta, y se vive por parte de los participantes, como supervivencia. Cada día estos tendrán juegos que les permitirán conseguir comidas o, directamente, un pasaje directo a la «isla del cielo». La Isla del Cielo es la estancia de una noche en un hotel 5 estrellas, donde la producción cubrirá cada uno de los requisitos de los participantes y estos podrán realizar aquellas preguntas que la Isla del Infierno no les permite. En cada temporada la producción jugó con las formas de elección de las parejas, algunas veces llevando a los participantes a basar sus elecciones en la apariencia física del otro, o por sorteo.
Tengamos en cuenta que algunas de las situaciones presentadas, aunque pudieran pasar más o menos desapercibidas en occidente, fueron catalogadas de «atrevidas» en la sociedad surcoreana: compartir un jacuzzi, compartir cama incluso sin una connotación sexual, masajes y charlas con tintes coquetos.
La consigna «supervivencia» es muy interesante. Desde el comienzo del primer capítulo los participantes se quejan de la posible pérdida de masa muscular y los conflictos de traer agua, afirmando así lo complejo que es la estancia en una isla que, para ellos, no tiene ningún tipo de comodidad. Cabe indicar que los participantes cuentan cada día con todo lo necesario para realizar comidas simples, baños y salas específicamente dedicadas a las mujeres, en las cuales las chicas se pueden maquillar y utilizar elementos de cuidados de la piel. De igual forma, cuentan con habitaciones y estancias alrededor de la isla para pasar el rato y conversar. Sumado a esto, todos los solteros se presentan en sus mejores prendas: camisas, vestidos largos, trajes, zapatos de vestir o sandalias altas. La vestimenta incluso puede variar en un solo día, ya que, principalmente las chicas, suelen cambiarse más de una vez al día retocando así su maquillaje y cabello.
Explico esto para comprender cuál era el ambiente que rodeaba a los protagonistas: por más que los participantes no contaban con las comodidades de la vida en la ciudad, no considero que estos se encontraran en una situación límite que les derive a un cambio abrupto de comportamiento social. Sí considero que el hecho de no estar rodeados de sus afectos y circunstancias normales de la vida diaria puede ser causa de ciertos cambios, pero en términos generales la base social que les rodeaba en la cotidianidad sigue presente.
En esta temporada se presentan a seis mujeres y seis varones jóvenes que deberán competir entre sí para conseguir el amor de aquella persona que desean. En el correr de los episodios vemos que los hombres presentan un especial interés en Song Ji Ah y Shin Ji Yeon, ambas mujeres que suelen estar en el foco a la hora de realizar las votaciones para concurrir a la Isla del Cielo de tal forma que, en los últimos capítulos, los participantes tienen asumidos que ellas concurrirán siempre a dicho lugar. Aunque estas mujeres presentan ciertas características marcadas por el estereotipo de mujer ideal y los cánones de belleza coreana, sostienen personalidades contrarias que nos ayuda a diferir entre ellas: Song Ji Ah se presenta con atuendos más costosos, con prendas más atrevidas, que encajaría perfectamente con un ideal moderno. En cambio, Shin Ji Yeon suele vestirse de forma más discreta utilizando atuendos con colores claros y sin mostrar marcas de lujo. Esto atiende al concepto de sencillez y discreción que los valores tradiciones esperan ver aplicados en las mujeres coreanas, traducido en atuendos que no dejen a la vista mucha piel y se dirijan a mostrar un individuo recatado y pacífico. Ji Yeon será, por ende, nuestro sujeto de ejemplo en este programa: una mujer que estéticamente acentuaba lo que los valores tradicionales imponen, cumpliendo con los estereotipos de belleza del país.⁹
El K-drama
Nae Nampyeongwa Gyeolhonhaejwo (내 남편과 결혼해줘) o Marry my husband fue emitido por primera vez en 2022 en Naver Webtoon y por consiguiente tuvo su publicación a nivel internacional en LINE Webtoon.¹⁰ Su autora, Sung Sojak (성소작), y el artista detrás de los dibujos, Alpaca, terminaron creando una obra que dos años después conseguiría su adaptación a la pantalla chica con un dorama de 16 capítulos dirigido por Park Won-gook y Han Jin-seon, emitido en tvN en 2024. La trama se hizo mundialmente conocida y fue utilizada para dar pie a la propagación de diversas historias de la vida real como el caso de la mexicana Karla Panini¹¹. De esta forma no solo fue popular entre sus fans originales, que se adentraron en la serie por el Manhwa (만화), sino que también por aquellos que, ofuscados, querían comparar los casos reales con la ficción.
La historia narra la vida de Kang Ji Won, quien luego de casarse con Park Min Hwan, se da cuenta de lo egoísta y exigente que es éste y su madre. La protagonista es diagnosticada con cáncer, lo que le impide volver a trabajar y la obliga a internarse en un hospital. Al ser ella el único sostén de su hogar la relación matrimonial termina por quebrarse, aunque no sin antes descubrir que su único apoyo y mejor amiga, Jung Soo Min, ha estado manteniendo una relación romántica con Park Min Hwan. La noche en la que la protagonista descubre la aventura se ve envuelta en una pelea física con Jung Soo Min y Park Min Hwan que la lleva a la muerte por manos de su esposo. Segundos después Kang Ji Won abre nuevamente los ojos, volviendo al pasado, lo que aprovecha para decidir cambiar su destino y regalárselo a su ahora ex mejor amiga. Es así que los capítulos se enfocan en la búsqueda de venganza, puesto que realizando diversos movimientos estratégicos logra alejarse de su esposo abusivo y adentrarse en el mundo laboral de forma exitosa.
Es relevante recalcar que la historia sigue estando catalogada como romance, aunque avance con un hilo conductor agresivo, finalmente Kang Ji Won entabla una relación con Yoo Ji Hyuk, quien le brinda su poder para cumplir algunos de sus objetivos. Sin arruinar el final, que tiene potencial de ser analizado en el futuro, los protagonistas finalmente se casan y tienen hijos. Este factor es repetitivo en la mayoría de las series televisivas surcoreanas: las protagonistas femeninas no suelen terminar solteras y de tratarse de un k-drama de romance suelen terminar siendo madres. Esto cuenta como un final feliz, pues en el canon de mujer ideal la maternidad es su máximo deseo.
Esta situación, aunque enroscada y conflictiva, es tomada como una obviedad, puesto que el mandato tradicional del matrimonio y los hijos sigue vigente, lo que también se representa en el producto audiovisual antes analizado, llevando a que a partir de los 27 años los jóvenes salgan en citas a ciegas para no llegar solteros a los 30. Dicho esto, las mujeres deben de tener el poder de decisión frente a la gestación y su rol social. La maternidad debe de ser deseada y el matrimonio no debe de ser una imposición. Estas decisiones deben ser, justamente, una elección.
En esta historia nos encontramos con cuatro mujeres de relevancia que hacen que la trama avance: la protagonista, su mejor amiga y dos compañeras de trabajo que luego se volverán cercanas. Estas mujeres posibilitan muchas posibilidades de análisis, sus comportamientos están todos relacionados a sus vivencias y al rol social que se ven impulsadas a cumplir. Aun así el personaje que me interesa analizar es el de la misma protagonista, Kang Ji Won, una mujer que quedó huérfana luego del abandono de su madre y muerte de su padre, viéndose así envuelta en un matrimonio donde se espera que dé a luz varones, realice las tareas del hogar —cocinar, limpiar, realizar recados, atender la ropa— y al mismo tiempo se encargue del sustento económico. Cuando el niño que su suegra tanto exige no llega, la protagonista es ridiculizada por una supuesta condición de infertilidad y, ya con la noticia del diagnóstico real, se la obliga a seguir cumpliendo todos sus roles, acusándola de enfermarse a propósito para evadir su rol. El abandono de su madre es utilizado para acusarla de «no saber cómo debe ser una mujer» y no poder educarla a su semejanza. Todas estas opresiones la llevan a la muerte y es cuando regresa a la vida que ella modifica su estilo de vida, tomando las riendas de su trabajo y vida amorosa. Es a partir de este cambio que nuestra protagonista complejiza nuestro objeto de estudio, puesto que está representando aquello que una mujer tradicional no debería de ser.
Mujeres tradicionales y mujeres modernas
Shin Ji Yeon —Single’s infierno— y Kang Ji Won —Marry my husband— representan dos perspectivas contradictorias que se deben de estudiar con precaución: la primera es una mujer real, una participante que antes de incurrir al reality pasaba desapercibida a nivel mediático, la segunda, es un personaje construido por otra mujer, su personalidad y trayectoria tiene un objetivo en particular que fue prescrito por otra persona, que sí es real, pero no es a quién estamos analizando. Aunque ambas atienden a la misma realidad social no son lo mismo.
Ji Yeon, entonces, es a quien tomaremos como representación de esa mujer tradicional, aunque no cumpla con todos los roles que a esta se le asignan; quitando de la ecuación aquellas características que el programa de citas por sí solo no permite confirmar. Es decir, aunque ella esté en búsqueda de una pareja sentimental en ningún momento señala su intención de ser ama de casa o una esposa tradicional, puesto que estudiaba Neurociencia en la Universidad de Toronto y daba indicios de buscar una independencia financiera una vez graduada y retirando dela condición de ser una mujer servicial y dedicada a su familia e hijos. Los honoríficos¹² no son empleados de forma excesiva, puesto que tras ciertas citas con hombres terminan refiriéndose entre sí de forma coloquial¹³ o, luego de descubrir sus edades, ella es la que ofrece hablar sin honoríficos. Lo que se muestra en el programa tampoco permite afirmar sus posiciones políticas. Teniendo esto en cuenta, los factores tradicionales que sí cumple la participante se representan en una personalidad calmada y sumisa, con un tono de voz que frente a los hombres siempre es controlado. Podemos verlo cuando regresan de la Isla del Cielo luego de su primera cita, pues se la ve mucho más enérgica una vez está con las chicas: riendo y elevando el tono de voz.¹⁴ Pero una vez se vuelven a encontrar con el otro grupo retoma su comportamiento calmado y pausado.¹⁵
Bien sabemos que los discursos dirigidos al habla de las mujeres cargan un peso ideológico. Ellas han tenido que mantener silencio porque ese era su deber o su castigo, imponiéndose la necesidad de pasar desapercibidas porque habían sido la culpables de cometer un pecado en el pasado. Frases como «calladita te ves más bonita» o «las princesas se quedan quietas» han inculcado en las mujeres una actitud de sumisión y tranquilidad. Los regímenes dictatoriales coreanos, junto a las nuevas religiones como el budismo, conservaron a la mujer en el ámbito privado, le derivaron el espacio más silencioso que existe en la sociedad: aquel que no es público.¹⁶
Este es un buen momento para dirigir nuestra mirada a Marry my husband: en el primer capítulo la protagonista entra en crisis, pasa de ser una empleada medianamente desenvuelta y feliz en su trabajo y vida pública, a perderse completamente. Su enfermedad la amenaza, pero su salud mental también se ve dañada, al encargarse de todas las labores domésticas sin recibir ningún tipo de ayuda. Ahora, imaginemos esto a nivel mundial. Ese es el silenciamiento al cual hago referencia: el minimizarse a sí misma y desgastarse hasta que la costumbre no nos permita recordar lo que fue o pudo haber sido.
Por su parte, Ji Yeon no llega a ese extremo, pero se dirige a un camino marcado por el «estate quieta y guarda silencio». Ella cumple su rol social al ser encantadora y delicada todo el tiempo, incluso a la hora de realizar juegos que requieran utilizar su cuerpo. Cuerpo que normalmente está cubierto por diversas prendas que no pueden ser catalogadas como tradicionales, pero son dignos de analizar, por ejemplo: nunca utiliza malla, sino que emplea vestimentas como calzas, shorts y camisas.¹⁷ Aunque podríamos referenciar el factor cultural, la verdad es que el resto de las participantes sí se ha mostrado en prendas como bikini y mallas enteras. Esa protección e intento sistemático de cubrir su propio cuerpo es muy interesante puesto que incluso lo hace en los ámbitos más privados.
Esta actitud fue la contraria a Kang Ji Won, quien en los primeros capítulos se viste con prendas «pasadas de moda» que realmente no resaltan su cuerpo y la hacen pasar desapercibida a propósito. Se comprende que este es un intento por parte de la autora de hacerla ver como una oficinista aburrida, pero eso es, justamente, lo observable en el contraste de su indumentaria. En el capítulo 6 Hee-yeo, la nueva amiga de la protagonista, la lleva de compras y vemos a Ji Won apropiarse de sus gustos en la indumentaria, utilizando distintos atuendos, decidiendo cortar su cabello y pidiendo ayuda para aprender a maquillarse. Este «control» sobre sí misma es una de las características fundamentales de la mujer moderna.
Los distintos feminismos buscan la apropiación del cuerpo por las mujeres, que se definan a sí mismas en libertad, ampliando así sus derechos y formas de expresarse.¹⁸ Esta lucha fue crucial para lograr la ley del aborto en todo el mundo. Las secuencias recién explicadas muestran ese control sobre el cuerpo de la mujer, que dialoga con la imposición de un tipo de silencio. No juzgo a Ji Yeon por no querer adentrarse al agua o colocarse determinado tipo de ropa, pero sí problematizo la naturalidad con la cual esconde su propio cuerpo, puesto que es justamente esto lo que contrasta con la apropiación y cambio abrupto de Ji Won. De igual forma, los colores y prendas que utiliza podrían ser catalogadas de «femeninas» , exaltando así la característica mencionada sobre la exaltación de lo delicado y encantador.
Finalmente, en Marry my husband, se pueden ver posiciones políticas de forma más explícita. Vemos personajes masculinos que expresan públicamente su desagrado hacia el feminismo y el trabajo de las mujeres, desprestigiando cada proyecto de sus compañeras e, incluso, robando sus ideas.¹⁹ La protagonista en varias ocasiones se planta de forma astuta, no los enfrenta directamente, pero juega con su desinterés para salir victoriosa. También alienta a sus compañeras y fomenta la participación colectiva para cambiar la forma en las que se les trata, convenciendo así a otras de realizar proyectos juntas. Esto nos permite analizar la forma en la que las dos mujeres se expresan, puesto que mientras Ji Yeon mantiene un tono de voz bajo y recatado, Ji Won en varias ocasiones se expresa con mayor intensidad y seguridad, levantando la voz y desafiando cuando lo considera necesario. En el capítulo 9²⁰, aparece una escena con la tan esperada presentación a los suegros. Durante toda esta escena la protagonista se presenta vestida de negro, con maquillaje oscuro y accesorios considerados exagerados para su cultura, lo que automáticamente genera una mala impresión. Luego, cuando la suegra enumera las cualidades que tiene que cumplir como mujer —los hijos, cuidado del hogar, sostén económico—, ella comienza a aceptarlas hasta que, de forma abrupta, cancela la boda y desafía a la familia de su ex prometido.
¿Qué nos queda?
Las categorías «mujer tradicional» y «mujer moderna» permiten analizar cómo las representaciones televisivas reflejan comportamientos moldeados por el pasado histórico de Corea, el patriarcado y el machismo interiorizado. Todo lo que hacemos es todo lo que somos: bajar el tono de voz, aceptar explicaciones del que no tiene mayor conocimiento, la forma en la que nos vestimos y caminamos, todo está basado en las normas aprendidas desde la niñez, es de eso, justamente, de lo que trata el machismo, que se reproduce en lo que vemos hacer a las mujeres a través de la pantalla.
No quitemos de foco lo que realmente importa: las libertades. Ser una «mujer moderna» no debe de ser una imposición y debemos de recordar que lo nuevo rápidamente se transforma en tradicional, el cambio no debe de darse por sentado y necesitamos seguir analizando la realidad para ser lo más libres e iguales que podamos ser.
Aunque se han impulsado cambios legales y sociales importantes para las mujeres coreanas, las imposiciones de género persisten. La existencia del «techo de cristal» no les permite a las mujeres avanzar en cargos importantes, como vimos en Marry my husband a partir de la reacción de los universitarios. Además, el feminismo radical se ha abierto paso y miles de mujeres se han adherido al movimiento 4B, de forma total o parcial. Es aquí donde el Estado y los programas de entretenimiento conversan, puesto que se ha realizado una campaña para impulsar una narrativa donde al final las mujeres deciden maternar y casarse. La cual finalizó con bajos resultados positivos.²¹
Con esto concluimos que el feminismo coreano se ha tornado radical en estos últimos años y su avance se ha visto reflejado en las representaciones que se realizan en los k-dramas, pero también se ha utilizado dicho espacio para expandir la reacción conservadora, propagando discursos tradicionales.
La invisibilización, la falta de fuentes y la sobre explotación de la imagen de la mujer sin darle un rol protagónico fuera de la mano del hombre, han derivado en siglos de historia perdida que, en varias ocasiones, fue intencionalmente tapada por la propia mujer que creó dicho relato. Porque la mujer en el sector público aterra, la mujer que hable fuerte también y las excusas que se aplican para mantener el control sobre su cuerpo son variadas y tan antiguas como la historia misma.
El estereotipo de «mujer ideal» abarca todas las culturas y momentos históricos, más no siempre se mantiene el concepto tal cual lo estamos observando en este momento y en este trabajo concreto. Se ve modificado a partir de las culturas, vivencias, características individuales, contexto internacional y nacional de cada individua.
Durante siglos las mujeres han intentado conseguir espacios para expresarse libremente: lo fue en Corea con la ley de aborto y las manifestaciones llevadas a cabo con el intento por parte de las autoridades de implementar una educación mixta en una universidad solo de mujeres. El movimiento 4B coreano, las manifestaciones por el pañuelo verde en Argentina y Uruguay, y el registro sistemático por las nuevas generaciones en las redes sociales, es una muestra del cambio del panorama a nivel social y académico. El silenciamiento de las mujeres es una imposición que atraviesa a las mujeres y que se logran observar cuando mencionamos a la «mujer tradicional» pero que se pone en cuestión en la «mujer moderna».
La historiadora de las mujeres, Michel Perrot nos dice que «escribir la historia de las mujeres es sacarlas del silencio en que estaban sumergidas»²². Aquí indagamos distintas características que los ideales de mujer transmiten, pero, no podemos tomar en cuenta estas dos perspectivas como únicas e inamovibles. Las mujeres han estado en una situación de sumisión desde hace siglos, hablar bajo frente al varón o hacerse pequeña es el equivalente a nosotros cuando no nos quejamos en el transporte público porque un hombre se extiende de piernas a nuestro lado al sentarse, es mantenernos calladas y no defendernos porque «andá a saber como reacciona».
Las representaciones de las mujeres en los programas de televisión siempre alimentarán nuestras perspectivas e ilusiones sociales. Niñas queriendo ser Merlina son solo la punta del iceberg de una sociedad que se espeja en los medios de entretenimiento. Estudiar las series y culturas que se van encontrando con la nuestra, es un paso más para comprender el impacto que las representaciones de la mujer obtienen en los jóvenes consumidores. Perrot habla sobre la escritura, yo le agrego el resto: observar, analizar, pensar y conversar sobre las mujeres que fueron y siguen estando, es el primer paso para que nunca más estemos en el silencio.
¹ La palabra «dorama» suele referirse a series o telenovelas dramáticas producidas en Corea del Sur («k-dramas»), Japón («J-dramas») o China («C-dramas»).
² Balderrama, R. (2018). en Bolinga, L. D., & Balovelo, B. (Coords.). E-Corea: Procesos políticos, económicos y sociales en la península coreana. Buenos Aires: Editorial Teseo – UAI.
³ León Manríquez, J. L. (Coord.). (2010). Historia mínima de Corea. México, D.F.: El Colegio de México, Centro de Estudios de Asia y África.
⁴ Rodríguez Parra, I., & Hernández Cueto, M. del C. (2022). La identidad femenina tradicional y moderna en Corea. En B. Bavoleo, D. Chaure & M. Benítez (Comps.), Corea ante un nuevo cambio de época: Aproximaciones desde el Sur Global (pp. 517-531). La Plata: Universidad Nacional de La Plata, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales.
⁵ Bavoleo, B., & Ladevito, P. (2009). Mujeres, sociedad civil y proceso de democratización en Corea del Sur. Estudios Internacionales. 43(164). pp. 79–93. En https://doi.org/10.5354/0719-3769.2009.12608.
⁶ López Rocha, N. (2015). El rol del Hallyu como cultura pop en la creación y la difusión de la imagen de la mujer coreana contemporánea. PORTES, Revista Mexicana de Estudios sobre la Cuenca del Pacífico. 9(18). pp. 171–195.
⁷ Noticia que asocia el triunfo de Trump con el movimiento 4B: https://19thnews.org/2024/11/4b-movement-south-korea-social-media-trump-presidency/.
⁸ Un cantante que compró condones por error se viralizó a nivel mundial: https://www.allkpop.com/article/2024/11/the-boyzs-eric-mistakenly-shares-condom-photo-instead-of-pepero-on-pepero-day.
⁹ Cuerpo delgado, cara pequeña y esbelta en forma de «V», labios delgados, cejas rectas, piel clara y suave, ojos delgados. Se puede leer al respecto en noticias y páginas web como: https://melodrama.mx/2023-06-belleza-coreana/.
¹⁰ Plataformas coreanas destinadas a la publicación y lectura internacional de series, comics y novelas.
¹¹ Karla Panini y su comparación con Marry my husband: https://www.marca.com/mx/trending/celebrities/2024/05/21/664cfc1d22601d51078b45b5.html.
¹² Los honoríficos son una forma común de relacionarse entre desconocidos, personas de diferente posición socioeconómica o en lugares formales. Tradicionalmente, son utilizados excesivamente por las mujeres hacia los hombres en Corea del Sur.
¹³ Capítulo 3, minuto 08:10.
¹⁴ Capítulo 3, minuto 12:45.
¹⁵ Capítulo 3, minuto 18:20.
¹⁶ Perrot, M. (2009). Mi historia de las mujeres. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. Rodríguez. p. 9.
¹⁷ Ver en capítulo 2, minuto 16:48; capítulo 3, minuto 18:31; capítulo 6, minuto 31:27 e incluso el capítulo 7 minuto 32:17.
¹⁸ Araujo Velásquez, I. R. (2023). Los feminismos como movimiento social y forma de habitar el mundo. Realidad Y Reflexión, 1(58), 33–45. https://doi.org/10.5377/ryr.v1i58.17395.
¹⁹ Capítulos 2 y 3.
²⁰ Minuto 12:00.
²¹ Izaakson, J., & Kim, T. (2020, 6 de agosto). El movimiento de mujeres de Corea del Sur: «No somos flores, somos fuego». Tribuna Feminista. En https://tribunafeminista.org/2020/08/el-movimiento-de-mujeres-de-corea-del-sur-no-somos-flores-somos-fuego/.
²² Perrot, M. (2009). Mi historia de las mujeres. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. Rodríguez. p. 9.
²³ También conocida como «Miércoles», hija de la familia Addams. Su serie de 8 capítulos se estrenó en Netflix en 2022.