El Escuchadero es el nombre del drive en el que cada artista de la Delio comparte sus ideas, sus maquetas musicales, sus composiciones: una suerte de semillero colectivo desde el que posteriormente brotan las canciones propias de la banda. El escuchadero sintetiza a la perfección la forma de trabajo de esta cooperativa artística, independiente y autogestiva, escuchada y bailada por miles de personas en todo el continente, que siempre encuentra la manera tanto de nutrirse de su público como de escucharse a sí misma.
De los desafíos que significa autoproducirse artística y económicamente, de su ligazón con las luchas sociales, del lanzamiento de su nuevo álbum, de los sueños cumplidos y lo que queda por hacer, conversamos con Xime Gallina, percusionista e integrante del consejo directivo de la Delio Valdez, la orquesta de cumbia latinoamericana del momento.
Pareciera que la tendencia en la industria musical exige de las bandas que se proponen vivir de lo que hacen, una adaptación cada vez mayor a las demandas del mainstream. Pareciera decirles que para tener éxito en lo económico hay que realizar todas las concesiones artísticas necesarias. Ustedes, en varios aspectos, van a contracorriente, y no solo logran sobrevivir hace más de quince años, sino que les va cada vez mejor: ¿cómo hacen?
Es un tema que a nosotros, como cooperativa artística, nos lleva horas y horas de conversaciones para generar acuerdos, porque si bien elegimos este modo de organizarnos por la independencia que tenemos; para poder seguir el camino que nos marcamos, para seguir subsistiendo, para seguir viviendo de lo que hacemos y poder llegar a lugares adonde todavía no llegamos, no podemos renegar de que tenemos que ser parte de esa industria musical. Que también tenemos que ser parte del mainstream porque son las nuevas formas y no podemos prescindir de ellas. A veces es bastante común que entre nosotros exista un sentimiento de nostalgia y amor por la forma en que surgimos como banda; un deseo de no perder las raíces, de no perder ese tipo de encuentros y cercanía con la gente que siempre, naturalmente, generó la Delio. Pensamos que cuanto más adentro nos sumergimos en la industria musical más tenemos que pensar estrategias propias para no perder esa cercanía con el público. Te pongo un ejemplo. Ahora estamos por sacar material nuevo y no pensamos en una estrategia de lanzamiento del disco que solo considere el universo mainstream, sino que dentro de esa estrategia pensamos una noche de lanzamiento para compartir con gente de forma más íntima, para poder invitar a los fans más cercanos y que eso habilite la participación en una noche de festejo con todo lo que implica emocionalmente para nosotros el lanzamiento de un nuevo disco. Nosotros no firmamos un contrato que diga: tienen que hacer tantos discos en tantos años y les pagamos tanta guita. Nos vamos dando cuenta de que por nuestra manera de trabajar, sacar un material nuevo implica, por ejemplo, parar de tocar por un tiempo y dejar de hacer un montón de actividades que nos dan ingresos y nos permiten, por ejemplo, pagarle al equipo más grande de la Delio (stages de escenario, sonidistas, iluminadores, visuales, productores). Es toda una cadena. Entonces, el año pasado dijimos bueno, esto no depende solamente del nivel de creatividad o de inspiración que tengamos para hacer nueva música, hay que tener en cuenta que la banda no puede tocar y al mismo tiempo hacer la logística, la producción, la presentación de los shows, pensar en la agenda, en el vestuario, en cómo estamos en las redes, en cómo estamos en las plataformas, y además de todo eso componer, sacar música nueva, pensar en el lanzamiento del disco, en la imagen del lanzamiento del disco, hacer notas: ¡es un montón! Para hacer música nueva, tuvimos que parar, y sí, por ahí perdés un poco de plata, pero es una inversión de otro tipo. Ya te digo, la Delio siempre tuvo una cercanía y una sensibilidad con respecto a su público y con la gente que nos sigue y eso lo cuidamos mucho y no dejamos que se pierda.
Me interesa preguntarte por esos distintos niveles de toma de decisión. Imagino que una cosa es pensar y decidir colectivamente el rumbo de la banda, organizar las giras, si sacar un disco, cuándo y dónde presentarlo, cómo promocionarlo, etc. Y en paralelo, están los momentos de creación. ¿Cómo gestionan esto al interior de la banda? ¿Nace un tema y lo trabajan después? ¿Cómo fue ese proceso en este nuevo disco?
En lo que refiere a ese primer nivel que comentás, nosotres tenemos asambleas de la cooperativa, una vez por mes, que van desde las diez de la mañana hasta las cuatro o cinco de la tarde, ahí rosqueamos sin parar un montón de horas. Muchas veces lo que hacemos es armar un temario con el consejo directivo, que es elegido por todes y que rota la presidencia, la vice, el contador, el manager, y los coordinadores de cada comisión, que son varias (administrativa, prensa y comunicación, artística, sello, técnica, almacén). Se encara todo lo planteado en el temario y después se toma nota de todas las decisiones, y cómo llevarlas adelante. Si entre una asamblea y otra hay que tomar una decisión muy importante que necesita del visto bueno de todo el resto, tenemos esa comunicación. Pero bueno, intentamos todo lo que podemos decidir en el consejo directivo, con la confianza del resto de los compañeros que nos eligieron.
Y ahora voy al tema de las composiciones. Cada disco de temas propios fue diferente. En el primer disco que sacó Delio, fue como banda de cumbia de covers. Sonido subtropical fue el primer disco de temas propios. Este disco tiene muchos temas de Manu, el guitarrista, porque él ya tenía muchas composiciones a las que le fue dando forma en formato banda. Era un momento de la Delio en el que la banda estaba muy metida adentro de la sala, tocando y tocando, ensayando e investigando el género y descubriendo el sonido propio, así es que se fue llegando, también, al sonido particular de la orquesta. Entonces, en esta etapa de la banda se fueron haciendo los arreglos instrumentales y llegando a la estructura de los temas con mucha presencia en la sala, con toda la banda tocando y con un ida y vuelta con el compositor que estaba ahí presente. Fue una fase bastante más experimental y de investigación. Después, cuando ya se tienen los temas decididos, se labura con un productor musical que ordena un poquito las ideas al momento de ponerse a grabar.
Después, el segundo disco, El Tiempo y la Serenata, fue muy especial, porque se hizo y se grabó durante la pandemia. Ya había bastantes temas, y lo que se hacía en ese momento era subir ideas de canciones o maquetas de cada une a un drive que se llama El Escuchadero y ahí todos podían escuchar y se iba votando y decidiendo hasta que fueron quedando los temas. Ese disco prácticamente no se ensayó, nomás tuvo dos ensayos en vivo y se fue laburando con el mismo productor musical del disco anterior. Fue un disco súper de estudio porque fue en medio de la pandemia, con mucho laburo por separado de la banda, con un montón de reuniones virtuales, de idas y vueltas, de “te mando un audio con tal cosa” de; “che, te parece este arreglo o este otro” y así se llegó a El Tiempo y la Serenata que es un disco, dentro del género que hacemos, bastante introspectivo, que tiene que ver con otro momento de los compositores de la Delio en el que se va a un lugar muy íntimo de cada une, con muchas expresiones de amor y de las problemáticas que se vivían en el momento. Es un disco que en lo personal me gusta mucho.
Y bueno, este último que estamos por lanzar se encara totalmente distinto. Se busca más presencia de la grupalidad en las composiciones. Que al principio no sabíamos cómo carajo hacerlo y dijimos: Ché, ¿quién tiene temas? Bueno vamos empezar a laburarlos. Ahí tuvimos un par de reuniones virtuales con algunas ideas de productores y decidimos probar un par de temas que ya estaban dando vueltas. Ahí empezamos a darle un poco de forma y grabamos dos temas que ya salieron, que son parte de este disco pero corren como adelanto. Era parte también de experimentar con gente que no conocíamos e ir probando, porque también los productores tienen que ir conociendo y entendiendo nuestra forma de trabajo. El resultado musical fue bueno, pero por ahí el proceso humano no era exactamente lo que nosotres buscábamos. A todo eso, se le suma que el trabajo musical dentro de la sala con una propuesta musical nueva, se vuelve infinita, porque somos un montón y porque no paramos ni un segundo. Todes tenemos muchas ideas y eso hace que el proceso artístico se vuelva interminable. Por eso dijimos, ¿qué onda si nos separamos en grupos de composición más pequeños? Hicimos esa prueba. Nos dividimos en grupitos de tres, y ahí fuimos construyendo. Lo que no quiere decir que no los grupos no dialogaran entre sí. Por ejemplo, yo estaba con el guitarrista y con un trombonista y le decíamos al bajista, che, me grabás el bajo de este tema que necesitamos probar. Es decir, siempre disponíamos del resto y estábamos a disposición, pero el proceso creativo más fuerte era en los grupos de a tres. Y ahí, de cada grupo con su dinámica, fueron surgiendo una cantidad de canciones súper lindas.
El resultado lo vimos cuando llegamos al momento de El Escuchadero, que nos pusimos a escuchar todas las canciones que los grupos fueron haciendo en paralelo y fue un flash. A todo esto, nosotres habíamos hecho una colaboración con una banda paraguaya que estaba grabando un disco producido por (Gustavo) Popi Spatocco, productor de La Negra Sosa; el tío Popi, un amor total que cuando lo conocimos dijimos este tipo no es de la cumbia ni en pedo pero humanamente es lo que buscamos. Esa persona que nos contenga y que entienda cómo trabajamos, que nos abrace y que tenga ganas de laburar con nosotros. Y ahí le propusimos probar. Cuando ya hubo alrededor de entre cuarenta y cincuenta temas en El Escuchadero, los empezamos a laburar con él. Lo que hicimos básicamente fue escucharlos todos y votar, de forma anónima, con voto de también de Popi, y los temas más votados son los temas que hoy están en el disco. Fueron diez los que elegimos. Y la propuesta novedosa del productor fue ensayarlos en vivo, orquesta completa y no grabar nada por separado, fue grabado todo junto para plasmar lo mejor que se pueda aquello que sucede cuando la orquesta toca en vivo. Y fue un desafío, porque para eso necesitas tener los temas muy afilados para poder grabar toda la base junta, y la verdad que fue un muy lindo proceso de grabación, muy diferente al anterior en el que se grabó todo por separado. Y quedó lo que quedó. Que el 29 de abril ya lo vamos a poder compartir con todes...
El 29 de abril, en un par de días lo presentan.
29 de abril a las 00.00 se lanza el nuevo disco por plataformas y ese mismo día hacemos un streaming a las 19:30 para compartir y festejar con el lanzamiento de un video-álbum de todo el disco.
Y después, supongo, lo sacan a pasear.
Exacto, después se viene la gira de presentación, que también vendrá con algunas lindas sorpresas...
Pensando en esta experiencia y en estas formas que han elegido de autoproducirse, tanto artística como económicamente, ¿pensás que eso es lo que le imprime a la banda esa identidad propia que los caracteriza?
Algo que a mí me sorprende y que me parece interesante que la Delio logra, es que tanto arriba como abajo del escenario el público entiende que nuestra propuesta tiene que ver con un trabajo en comunidad; que en la propuesta artística se refleja de forma transparente nuestra manera de trabajar puertas adentro, ¿no? Y eso me parece hermoso, porque artísticamente arriba del escenario nosotres la historia que contamos y en eso que sucede en el recorrido del show está muy presente nuestra decisión de trabajar como lo hacemos y de hacerlo de manera comunitaria, porque eso es lo que nos parece revolucionario, porque además es lo que nos funciona y es lo que permite el ida y vuelta con el público. Ese aprendizaje que nos atraviesa a nosotres que hace que nos reinventemos cada vez, es algo que podemos reflejar en el escenario y sí, sin duda es una característica que nos identifica. Esta síntesis entre nuestra manera de funcionar y la propuesta artística, eso es lo que sucede arriba del escenario. Y eso además, que no es muy fácil de lograr, sucede naturalmente.
Es sorprendente cómo logran mantener esa identidad, que viene desde los comienzos. Muy ligados a las luchas sociales, a los toques en fábricas recuperadas, en manifestaciones estudiantiles, y hoy, que alcanzaron una masividad y un amplio reconocimiento, siempre encuentran la forma de apoyar y posicionarse públicamente sobre lo que está aconteciendo, tanto en el lugar en el que viven (Buenos Aires) como en los que van a presentar su show.
Sí, porque sucede que en los inicios lo que más se quiere es tocar, tocar, tocar y tocar. Se haya preparado lo que se haya preparado. Con las condiciones que se puedan y se consigan. Y en un país culturalmente tan inestable como el nuestro, en lo que refiere a apoyo a los artistas, Delio empieza tocando, generando y organizando distintas movidas, y además es convocada para un montón de movidas estudiantiles, universitarias, militantes, de distinto tipo. Se hace costumbre que nos convoquen a tocar, por ejemplo, en el aniversario del asesinato de Maxi Kostecki y Darío Santillán en Avellaneda. Empezamos a estar presente año a año en esos espacios. Como en la marcha por la despenalización del uso y tenencia de la marihuana. Y al mismo tiempo, en este proceso lento, porque la Delio no se volvió conocida de un día para el otro, comienza a lograrse una visualización que alimenta también la difusión de esos espacios de militancia. Y entonces nos convocan cada vez más. En el consejo directivo de la cooperativa lo que más tenemos muchas veces son solicitudes de apoyo y convocatorias a este tipo de causas. Y además, otra cuestión que nos sucede, es que haciendo giras y tocando por varios rincones del país, tomamos contacto con realidades que van desde el cuidado de los recursos naturales, el agua, las papeleras, incendios forestales, situaciones de injusticias en territorios de los pueblos originarios, situaciones de gatillo fácil, detenidos por protestar, etc. y nosotros siempre nos planteamos, cada vez que vamos a esos lugares donde hay pedidos puntuales de sacar una bandera o pasar un anuncio o una reivindicación concreta, nosotros lo que intentamos, y es una cosa que hemos discutido bastante hacia dentro, es tener en cuenta las luchas populares, aprovechar la visibilidad que hemos generado para eso, pero al mismo tiempo, hacerlo desde un lugar respetuoso de cada comunidad a la que vamos. Porque nosotros vamos dos días, y llenamos un lugar para cinco mil personas y podemos dar una proclama y listo, cumplimos y nos vamos. Y el pueblo queda ahí. Intentamos que eso no quede solo ahí. Entonces, ponele que vamos a viajar a Mendoza. Che, a tal hora hacemos prueba de sonido, bueno, después de eso, invitamos a les compañeres que están con tal tema, que nos cuenten de qué van las luchas que están llevando adelante. Nos damos ese rato para tomarnos un mate con las personas que nos convocan y escucharles. Y existen veces que evaluamos y planteamos que por ahí algunas cosas no lo podemos abrir arriba del escenario en este show, pero se puede hacer alguna otra cosa y ahí vemos de grabar un vídeo o sacarnos alguna foto. Le buscamos la vuelta. Pero todo eso viene después de haber estado juntes y haber charlado e intercambiado con la gente que nos convoca. Es un ida y vuelta que implica siempre un poco más de trabajo pero intentamos que sea así. Y cuando estamos acá en Buenos Aires también sucede y en esta coyuntura mucho más. Por ejemplo, ahora hicimos un toque de apoyo en defensa del Hospital [Laura] Bonaparte, que lo quieren cerrar. Y ahí estuvimos. Como podemos, estamos. A veces la banda completa no puede estar, pero igual armamos entre los que pueden, invitamos algún artista y nos hacemos presentes. Eso pasa todo el tiempo y el deseo es siempre estar y a veces nos sobrepasa pero siempre nos acomodamos y estamos.
Han grabado discos y cosechado varios premios, han girado por el continente, por Europa, han compartido escenario con gigantes de la historia de la música. ¿Qué falta? ¿Qué los mueve hacia el futuro?
En principio, seguir tocando. El objetivo colectivo, que hemos ido construyendo es ese. Con todos los miedo que eso conlleva, porque siempre hay un miedo natural y grande a que todo desaparezca. Y como en todo, las cosas no dependen solo de nosotres. Cuando uno se dedica a esto el riesgo siempre está. Capaz que la masa de gente que te escucha, un día se levanta y no te quiere escuchar más y no te escucha más. Punto. Otra de las cosas que más nos emociona y nos mueve en el presente es dejar una huella. Tanto con las canciones como siendo parte, irse metiendo de a poquito en la historia de la música argentina, y tal vez de otras partes del mundo, eso es una cosa que nos emociona y nos desafía. No sé si es algo que habíamos pensado o soñado. Imaginar que alguien por ahí, en un tiempo, te puede volver a escuchar, sea desde el lado de la nostalgia que le genera un tema, desde el cariño, o desde el deseo de simplemente escuchar una canción nueva, o que alguien le muestre o le dedique a otra persona una de nuestras canciones, y que eso lo conmueva, ¡es un montón! Seguir conmoviendo, seguir creyendo en lo que hacemos. Y mostrar que hacerlo de la manera que lo hacemos es posible. Que cuesta mucho, pero es posible, porque no existe un solo día en que hacer lo que hacemos no nos cueste un montón de laburo, pero tampoco hay un solo día en que dudemos de que esta es la manera.